El viaje…
Puedo decir que nací de una historia de viajeros, que estuvieron 8 años enviando cartas a una distancia intercontinental, entre Europa, Asia y América y los años que corrían entre la década de 1970.
El viaje siempre ha sido una parte que me ha acompañado. Desde niña recorrí cientos de kilómetros en carretera para ir a algún pueblo perdido en México y encontrar las leyendas y las mitologías que yacían en el lugar, y que por lo general se iba a la iglesia no a preguntarle al sacerdote, sino al mayordomo por sus tradiciones y adentrarnos a ese mundo mágico que yace escondido a voces, también viví atravesar el mar y el adentrarme a hablar otro idioma como si fuera otra parte mía y llegar a un lugar en el que le era indiferente a la gente común y corriente (en el sentido de que les parecía normal) por ser blanca, por mi forma de vestir y a veces de expresarme «más directa», y el contraste es debido a que donde crecí siempre parecía ser la extranjera, que si me preguntaban de qué país venía, que si qué idioma hablaba, que si era la gringa (dígase a toda persona que se ve extranjera), o si venía de intercambio a estudiar, todo esto por mis formas de vivir y siempre haber estado entre contrastes culturales no convencionales a dónde crecí.
Mirando contrastes culturales y transitar, percibiendo desde pequeña el abismo entre el mundo burgués al mundo de los nativos en México, y al mundo de la clase media europea; siempre ha sido el jaque de mi percepción, a veces también ha sido el jaque de mi calma, la chispa que me hace volar y querer romper las barreras, la curiosidad de ser en otro espacio y estar en lo Otro, transitando entre la complejidad cultural y encontrando los quiebres que nos identifican.
En ésta sección escribo sobre mis experiencias en viajes y los personajes que me he encontrado. Durante el paso del tiempo, he llegado a la conclusión de que el sentido del viaje, de la aventura es aquello que un@ mism@ crea todo el tiempo, sin importar si estás fija en un lugar o recorriendo el mundo, el viaje es estar abiert@ a la sincronía, al cambio, a soltar y a aceptar el vaiven de la vida, a permitir el cruce de los caminos y lo que sucede al centro.